Dienstag, 9. Februar 2010

Campamento de verano

"¿Vamos al campamento en estas vacaciones?", fue una pregunta frecuente durante el año 2009. Y que bueno que pudimos responder con un "¡Sí, nos vamos de campamento!". Para la mayoría de los niños, entre 9 y 16 años, es la única posibilidad de viajar y de relajarse en las vacaciones. Los tres días empezaron el 12 de enero. Nos fuimos en un bus lleno, con 32 niños, 7 tíos y voluntarios, muchas mochilas y carpas, una cocina a gas, ollas grandes, alimentos y además con pelotas y otras cosas para jugar. El bus nos llevó a Pirque, un pueblo cerca del sur de Santiago de Chile, dónde hay una naturaleza hermosa, con montañas, animales y aire fresco.



Cuando llegamos al camping, armamos, rápidamente, nuestras carpas, porque nadie quiso perder tiempo, sino que todos quisieron ponerse sus trajes de baño y tirarse en la piscina. Luis, el director del Centro Abierto los Pinos, tiene más de 5 años de experiencia en el campamento, por eso logró que todo saliera bien y que los niños estuvieran protegidos en cada actividad. Permanentemente se preocupó de ponerles bloqueador solar y les pasó gorros para cubrirse del sol, que los trajo de regalo, un voluntario desde Alemania.


A la hora de almuerzo, compramos, en un almacén próximo al campamento, 20 kilos de tomates y 80 duraznos para el postre. Entonces la primera comida empezó. ¡Que rico!

Después de la comida no hubo tiempo para descansar porque los niños no nos dejaron. En el campamento hubo muchas actividades para hacer. Tuvimos de todo: cancha de fútbol y de voleibol, una piscina y un lago pequeño con botes a remos. En la tarde, cuando la espalda y los hombros nos dolían por jugar al caballito de bronce, comimos juntos la cena.



Después vimos una película, en una pantalla grande, sentíamos como si estuviéramos en un cine. Antes de que nos fuéramos a dormir, a nuestras carpas, nos permitimos una sopa.

La mañana siguiente nos despertamos a causa de las vacas y los perros que ladraban. Después del desayuno, pancito con manjar, saltaron los primeros al agua. Mientras otros prefirieron los botes a remos o atraparon ranas. Todo esto con mucha alegría.

El almuerzo fue una buena oportunidad para reunirnos y, nuevamente, ponernos protector solar. Entonces no tuvimos emergencias graves, solo heridas pequeñas a causa de caídas y otras cosas menores.



En la tarde del día segundo, nos visitaron Mathias y Malena de la oficina de viventura de Santiago. Habían llevado carne y papas para el asado tradicional de la última noche. Todos quedaron satisfechos con la rica comida.


Para un final fantástico y para el broche de oro, hicimos una fogata en el campamento y los jóvenes Tito, Leandro e Isaías presentaron todo su talento. Ellos hicieron un show cabaret, de una hora y media. Nosotros reímos mucho a causa de sus scketchs y chistes. Lo más impresionante, es que todo fue improvisado.


Sí, tenemos muchos niños/jóvenes y cada uno es único, tiene sus gracias y habilidades.


Al tercer día tuvimos la ultima posibilidad de ir a la piscina, porque después del almuerzo, (arroz con salchicha), desarmamos las carpas, buscamos los juguetes y ordenamos el campamento.


Cuando llegó el bus a buscarnos, terminaron los 3 días maravillosos de campamento.


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